Planes de gobierno y acusaciones por el pasado de los candidatos se enfrentaron en el debate de Caracol y el Espectador


En el debate realizado por Caracol y el Espectador los candidatos a la presidencia de Colombia llamaron la atención de los televidentes con acusaciones a sus compañeros y planes de gobierno en los que se enfrentan visiones de liderazgo contrarias.

El programa fue dirigido por Jorge Alfredo Vargas y los periodistas invitados a preguntar fueron, Darío Fernando Patiño, Codirector de Noticias del canal Caracol y director de “El Radar”; Fidel Cano, director de El Espectador y Darío Arizmendi, director de 6 am Hoy por hoy de Caracol Radio.


Los participantes en el debate fueron los candidatos: Antanas Mockus, del partido Verde; Rafael Pardo, del partido Liberal; Gustavo Petro, del Polo democrático; Noemí Sanín del partido Conservador, Juan Manuel Santos del Partido de la U y Germán Vargas Lleras de Cambio Radical.


Uno de los hechos más polémicos del debate fue la acusación que hizo la candidata Noemí Sanín, cuando Darío Fernando Patiño le preguntó: -¿Por qué es malo otros políticos busquen la colaboración de otros miembros de su partido?-. A lo que Sanín contestó: “Yo creo en los partidos fuertes, después de observarlo mucho en España, porque los partidos fuertes hacen democracias fuertes. Lo que me choca son las formas, son las dádivas, dijo, mirando de reojo al candidato Juan Manuel Santos, la forma como aparecen en El Tiempo, su periódico, que es de su propiedad, las casas…”


El candidato Santos, la interrumpió: “Era”, dijo.


A lo que Sanín respondió: “Vendió para poder adjudicarse el tercer canal”

“No, vendí, para no incurrir en un conflicto de intereses” resolvió el candidato Santos.

Sanín volvió a intervenir: “Es inaudito eso. Se fueron tres hijos de personas muy importantes del partido. Pero la forma como se está sonsacando al partido, con todo tipo de artimañas... Yo creo en el voto libre, en el voto de confianza”.

“Noemí me acusa de ofrecer dádivas” la volvió a interrumpir Santos, “Si puede comprobar eso, que yo ofrecí dádivas y la gente se ha vendido a mi campaña, por eso, yo renuncio”

Otro momento importante en el debate fue la pregunta del periodista Arizmendi:
-“ Cuál fue la posición que asumieron si aprobaron o reprobaron el bombardeo al campamento de Raúl Reyes en el Ecuador?, y si en el caso de ser presidentes de la república teniendo una información precisa de la ubicación de Alfonso Cano, del Mono Jojoy, o de otro líder guerrillero en un país vecino a sabiendas de que ese presidente del país vecino no colabora con las autoridades colombianas y teniendo la información exacta ¿se aprobaría otro operativo contra ese jefe guerrillero para acabar con su vida.?”-

Mockus afirmó por extrema prudencia, que prefería decir que no recordaba su posición en el tiempo del bombardeo de Reyes, pero demostró su desaprobación a futuros ataques basándose en el respeto por la constitución y los tratados internacionales. “el resultado no justifica el medio empleado, por fidelidad a la constitución colombiana, uno jura cumplir y hacer cumplir en el momento que se posesiona, no habría hecho el bombardeo.” Concluyó

Sanín afirmó su aprobación al bombardeo y dijo que en las mismas circunstancias ella hubiera hecho lo mismo y lo haría.

Pardo afirmo que en el momento resaltó la decisión del gobierno, pero como un proceso excepcional: “depende quién, en dónde, y qué circunstancias, se debe buscar la cooperación y si no se logra ya se tendría que tomar otra decisión” Concluyó.

Santos dijo sentirse orgulloso por haber defendido la seguridad de sus compatriotas y de haber ordenado y autorizado la operación :”imagínense ustedes si Raúl Reyes estuviera vivo secuestrando y violando todos los derechos de los colombianos como lo hizo tanto tiempo, de manera que por supuesto que la respalde con el presidente Uribe la autorizamos él y yo” y frente a la pregunta si lo haría en su mandato respondió: “Me parecería una irresponsabilidad de parte mía, porque es una pregunta hipotética de responder si o no porque debemos guardar prudencia por la situación que está ocurriendo en este momento con Venezuela”- contestó.

-“La gente espera que yo actúe con firmeza y pueden tener la seguridad que actuaré con firmeza”- y luego agregó:- “Actuar con firmeza es perseguir a los terroristas donde estén y proteger la seguridad de los colombianos en todas las formas posibles” -

El candidato Vargas Lleras dijo haber celebrado que el operativo se haya dado,-“una fortuna haber liberado a la sociedad colombiana de tan peligroso delincuente” –afirmó y a la pregunta sobre si hacerlo en su gobierno bajo las mismas circunstancias resolvió: “digo que no, ese precedente nos expone a que si se invade el territorio venezolano se desataría una conflagración internacional, una guerra con ese país a la que no es posible en este momento exponer a la población colombiana por ningún motivo” y propuso una política de seguridad fronteriza.

Y finalmente Petro respondió: -“en su momento dije que el operativo había roto el Derecho Internacional y en una opción futura como jefe del estado usaría el Derecho Internacional que en este caso para aislar a las Farc de cualquier sociedad o estado extranjero es usar la Corte Penal Internacional pidiéndole que juzgue por crímenes de guerra, de lesa humanidad, a dirigentes concretos de las Farc que los han cometido y a otros actores de la violencia en Colombia”-

En el debate también se hablo de liderazgo y solución de problemas desde esta posición y finalmente el debate concluyó con un minuto para que cada candidato exprese una idea final.

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Margarito Duarte, padre de una "santa" espera por el Vaticano

Margarito Duarte espera en Roma que el Vaticano lo atienda y evalúe su caso, porque en una caja de madera guarda el cuerpo intacto y sin peso de su hija fallecida, considerada por quienes la han visto como una santa, después de una grave fiebre hace 33 años y desenterrada hace 22 debido a un cambio en la organización territorial en una aldea de Tolima- Colombia.

Hoy en día, casi nadie en el pueblo lo recuerda, pero hace 22 años en el Tolima, Margarito Duarte desenterró los huesos y los recuerdos del dolor de la muerte de dos de sus seres amados, su esposa, que murió al dar a luz y su hija que murió de fiebre siete años más tarde. La sorpresa fue que a diferencia de los demás habitantes de aquella aldea, que como el seguían un nuevo plan de ordenamiento territorial en el que el cementerio debía ser cambiado de lugar para construir una represa; Margarito encontró los restos de su hija intactos, con sus manos ella sostiene las rosas frescas con las que fue enterrada y sus ojos abiertos, según los testigos, eran diáfanos y causaban la impresión insoportable de que los veían desde la muerte.

Los coterráneos de Duarte se reunieron ante lo que ellos consideraban un “síntoma inequívoco de santidad” y recolectaron dinero para que él viajara a Roma para dar a conocer a su hija ante el Vaticano; pero por aquellos tiempos corría la década de los sesenta y el Papa Pio XII sufría de una terrible crisis de hipo y no pudo atenderlo; así que Duarte envió a la Secretaría de Estado un manuscrito de casi sesenta folios pero no obtuvo respuesta.

A fuerza, Duarte aprendió a hablar italiano, tuvo que vivir en la casa sin ley de una mujer que se hacía llamar María Bella, se llenó de gente que lo apoyaba y lo compadecía y fue conocido como el colombiano silencioso y triste que siempre cargaba una caja de madera con un “violonchelo”.

Después de algunos años de seguir creyendo en que “los santos viven en su tiempo propio” encontró a un experto en cine, Lakis, que creía que con la ayuda del maestro de argumento y guión Zavatti lograría hacer una película su historia, pero no fue viable, así como tampoco fueron viables las respuestas del Vaticano.

Del Papa Juan XXIII escucho “Dios permitirá tu perseverancia” pero no logró nada porque su papado no duró mucho, del Papa Juan Pablo I sólo conoció a uno de sus parientes que le prometió interceder por su causa e incluso recibió una llamada para una audiencia privada; pero días después se enteró que Pablo I había muerto en su cama días atrás.
Hoy, 22 años después Margarito Duarte dice “he esperado tanto que no puede faltar mucho más” mientras carga en su caja de madera a su hija, “la santa” no reconocida; pero el Vaticano aún no se interesa por su causa.
Gabriella Eraso V

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